viernes, 19 de octubre de 2012

Hola Papá.

Hace mucho tiempo que el tiempo parece que ya no fuera mío. Quizás nunca lo haya sido, no el tiempo, sino mi tiempo, ya sabes, pero tú me entiendes. Hoy por fin empiezo. Sé que te alegrarás de saber que a veces doy forma a mis sueños. Te vamos a escribir mucho, Alba y yo. Será para ti. Y para ella, también. Y un poco para mí, ¡vale! Para no olvidar.

Y como toda historia tiene un principio, habrá que empezar por él. El de ésta en concreto se podría remontar a mi infancia, o a la tuya y a la de la Abuela si me apuras, pero así más que historia sería un cuento. Ya conoces tú mi mala memoria y mi no tan mala inventiva, y eso no es lo que busco aquí. Así que, como ella es Ella, he decidido que el principio sea Ella. Justo cuando ella y yo empezamos a ser dos.